Ansiolíticos y fármacos contra la hipertensión y epilepsia se vuelven difíciles de conseguir:
Quienes están en medio de un tratamiento que requiere fluoxetina podrán haber notado que encontrar el fármaco genérico -cuyo precio va entre los $200 y los $1.500- es cada vez más difícil.
Pese a que se trata de un fármaco que es comúnmente recetado para tratar la depresión, y que está incluido en el petitorio mínimo de productos que deben tener las farmacias, en el mercado está "desaparecido". Lo mismo ocurre con otros genéricos como la carbamazepina (contra la epilepsia) y la furosemida (para la hipertensión).
La situación también ha sido detectada por el Instituto de Salud Pública (ISP), donde aseguran que desde abril a la fecha se han fiscalizado más de 70 farmacias e instruido más de 50 sumarios por inexistencias de medicamentos presentes en el petitorio mínimo.
Pero en las propias farmacias explican a los usuarios que son los laboratorios los que están descontinuando estos medicamentos, como efecto del proceso de bioequivalencia. En los laboratorios nacionales agrupados en Canalab -que deben someter sus productos a esa certificación- lo reconocen y afirman, además, que tanto la bioequivalencia como quiebres de stock de materia prima y menor oferta de parte de los productores son los factores que han hecho que ciertos medicamentos no estén disponibles.
Adrián Vega, presidente de Canalab, explica que los plazos para presentar la certificación han sido muy acotados, lo que "puede obligar a que el pequeño empresario suspenda algunos estudios por los altos costos y dificultades financieras que se están viendo obligados a enfrentar. Eso podría significar que el genérico o posible bioequivalente desaparezca del mercado, quedando a disposición del consumidor el producto innovador", que por definición es de mayor valor.
El vicepresidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos, Luis Alberto Lindermeyer, dice que esta situación era previsible, ya que "por un tema de racionalidad económica, a los laboratorios les iba a salir más caro hacer el estudio (de bioequivalencia) y prefirieron sacarlos del mercado".
Ejemplos de concentración del mercado de ciertos medicamentos existen varios, según Vega, quien explica que "antes había 12 presentaciones de fluoxetina, hoy solo quedan cuatro, lo que da muestra de cómo se ha ido reduciendo la oferta. Casos similares ocurren con el alprazolam (tranquilizante), del que antes había 12 presentaciones y hoy hay dos; el atenolol (regulador de la presión arterial), del que hay una sola versión bioequivalente, al igual que la ciclobenzaprina (relajante muscular), el enalapril (para la presión arterial) y la carbamazepina.
En el caso de este último fármaco, Patricia Fernández, directora técnica de la Liga Chilena contra la Epilepsia, afirma que los fármacos genéricos contra esta enfermedad "desaparecieron apenas se hizo exigible la bioequivalencia". Agrega que incluso hace un par de meses no hubo stock en el mercado, por lo que la liga debió entregarles a sus usuarios el medicamento de referencia (Tegretol), cuyo costo era casi diez veces más caro.
Ley de Fármacos
Este "descreme" de la oferta de medicamentos, para el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, "era uno de los efectos esperables. Sabíamos que iba a haber algunos medicamentos que no pasarían (el examen de) la bioequivalencia, por lo que los laboratorios los retirarían". Argumenta que "creemos que es un costo a asumir, si los medicamentos que están saliendo no son lo que dicen que son, para garantizar calidad".
Pero Mañalich también pone sobre la mesa otra hipótesis: una eventual colusión entre laboratorios. "En el mundo se conocen denuncias de que el laboratorio fabricante del producto original les paga a los otros, productores de los genéricos, la utilidad que habría obtenido con el bioequivalente, para que no lo saquen al mercado. No conozco ninguna denuncia en Chile, pero sí internacionalmente, como una práctica habitual. Por eso la Ley de Fármacos permite que si los laboratorios no quieren comercializar, Cenabast pueda importar directamente para romper la colusión del mercado", dice.
70 sumarios en contra de laboratorios ha iniciado el ISP desde julio, por no cumplimiento de las normas de bioequivalencia en ciertos productos.
484 fármacos de distintos laboratorios han demostrado bioequivalencia terapéutica a la fecha.
Fuente: www.elmercurio.com