Hemos visto últimamente cómo el gobierno ha recurrido a empresarios, dueños de medios de comunicación o centros de estudios para tratar de volver a reponer los artículos rechazados anteriormente para liberalizar los medicamentos de venta directa.
Hemos visto últimamente cómo el gobierno ha recurrido a empresarios, dueños de medios de comunicación o centros de estudios para tratar de volver a reponer los artículos rechazados anteriormente para liberalizar los medicamentos de venta directa.
Esta escalada tiene por objeto presionar y hacer un lobby desmedido, acción que el mismo gobierno ha denunciado y apuntado a otras instituciones.
La verdad es que el proyecto ha sido rechazado en múltiples ocasiones porque es deficiente y no contempla ninguna solución de salud pública.
Sólo se difunden verdades a medias o grandes anuncios que no tienen sustento tangible para esconder el propósito real, el que es favorecer a un grupo económico, como el de los grandes supermercados y locales de conveniencia para que se queden con el 95% del mercado de venta directa y hacerlo crecer como en todas partes en base a publicidad que no representa ninguna solución para necesidades de salud.
Atacan el modelo de las cadenas pero quieren copiarlo en paralelo para los supermercados, que tienen los mismos vicios que se quieren erradicar. Ellos cobran por el lugar de la góndola (canelas), por publicidad (que no pueden pagar los productos más baratos) y poner stock gratis para locales nuevos (los productos que aceptan van haciendo eliminar otras marcas que no aportan), quedando las marcas propias y los que pagan.
Recientemente un laboratorio estadounidense fue sancionado en 762 millones de dólares y el fiscal federal señaló que "en lugar de trabajar para alargar y mejorar la vida humana, el laboratorio buscó ilegalmente los beneficios empresariales mientras ponía en peligro la seguridad de consumidores vulnerables que sufrían enfermedades". También podemos mencionar el acuerdo billonario entre un laboratorio y las autoridades sanitarias que pone fin a largos años de acusaciones sobre prácticas reñidas con la ética. Entre otros puntos hacía campañas ilegítimas para promover ciertos fármacos que no habían sido registrados para su uso en niños, y también publicaba resultados sesgados a favor de sus productos. La publicidad en Chile no está regulada para los medicamentos (existe autorregulación por parte de las empresas) y así hacen crecer artificialmente estos mercados.
Al analizar la información expuesta en recientes programas de la televisión abierta sobre la venta clandestina en ferias, se ve como los distintos gobiernos no han podido parar la venta ilegal y esconden los problemas de acceso a los medicamentos. Al constatar el origen de ellos, resalta la falta de gestión en hospitales, pues se evidencia que aproximadamente el 80% de los productos vendidos en ferias son envases clínicos y por lo tanto se los roban en hospitales y consultorios para la venta. Al comparar los precios y llevarlo a las unidades de las cajas, el precio es mayor en las ferias con respecto a las farmacias y eso que ellos no tienen el porcentaje de IVA, los únicos más baratos eran anticonceptivos, que eran muestras médicas que se prohíbe su venta por lo que habría que investigar su procedencia.
Ninguno de los locales chicos que dicen van a dar un servicio podrán acceder a precios razonables, ya que los laboratorios no venden directamente a locales sino que a distribuidores (o sea grandes locales como supermercados y locales de conveniencia).
Los pequeños al comprar a distribuidoras no tendrán los mejores precios.
Hay que preguntarse si hoy la ley permite incorporar Almacenes Farmacéuticos en estos lugares sin cobertura, porque no se genera ningún estimulo para su instalación ni se mencionan en esta oportunidad.
La verdad es porque el proyecto de ley ocupa estas deficiencias de cobertura para hablar de estos locales, pero en realidad está hecho para los grandes establecimientos que se encuentran en los mismos lugares que las cadenas. Los locales de conveniencia tienen este nombre, pues así justifican con su horario el que cobren hasta un 50% más caro los productos que en otros locales, y con esta política ¿cómo los medicamentos podrían ser más baratos?. Se dice que se quiere eliminar la intervención de terceros en la venta de estos productos, pero basta que vean la venta de estos locales en las muchas grabaciones que existen para demostrar que la gente ahí esta muchísimo menos preparada y ofrece productos inventando acciones, cambiándole propiedades y otras aberraciones. No sigan empeorando el sistema actual con disposiciones que pueden causar un daño real en salud, con mayores intoxicaciones, reacciones adversas y muertes. Comparen lo que pasó en Argentina, donde hasta hoy las intoxicaciones con productos de venta directa son mayores que las que produce la cocaína.
A cada momento están saliendo nuevas alertas sobre los problemas con los productos de venta directa. La última es sobre Ibuprofeno y la pérdida de audición (http://www.lexi.com/individuals/dentistry/newsletters.jsp?id=march-13) El sistema no contempla aumento de fiscalización para una planta que ya está sobrepasada y nos preocupan hechos como las 1800 dosis de productos prohibidos encontrados recientemente en Quilicura. Si los locales crecen exponencialmente crecerán los productos falsificados, prohibidos y el tráfico de estos como sucedió en Argentina. Resguardemos la salud de las personas, reestructuremos el mercado de la distribución de medicamentos en Chile, dentro de esto las farmacias, considerando los medicamentos como un bien esencial de salud y no transemos más con la salud para favorecer a grupos económicos, pues por esta misma causa estamos en la situación actual y este proyecto empeoraría nuestra realidad.
Dr.QF. Mauricio Huberman R.
Presidente Nacional.