Buena parte del campo laboral de estos profesionales está en las farmacias, pero su versatilidad también los vuelve muy requeridos en laboratorios y empresas.
Buena parte del campo laboral de estos profesionales está en las farmacias, pero su versatilidad también los vuelve muy requeridos en laboratorios y empresas.
Sus propios cosméticos Antes de entrar a la enseñanza media, Javiera Osorio ya tenía decidido que quería ser química farmacéutica. Pero cuando estaba por egresar del colegio, un profesional del área le contó que el campo laboral de su futura carrera era mucho más amplio de lo que imaginaba. No sólo podría trabajar en una farmacia o el laboratorio de un centro médico: también estaba la opción de dedicarse a la cosmética.
Y eso le cambió la vida. “Cuando tuve el ramo de Tecnología Cosmética en la Universidad de Chile, definitivamente concluí que ese era el sector en que quería seguir”, recuerda. Luego de trabajar en varios laboratorios del rubro, decidió que era hora de independizarse y formar su propia pyme.
Hoy Javiera es dueña de Lelikëlen Biocosmética, empresa que comercializa una loción capilar estimulante elaborada en base a extractos de trébol rojo, hierbas y plantas endémicas de la Patagonia. ¿Su promesa? Regular el ciclo de crecimiento del cabello, previniendo su caída mediante el estímulo constante del folículo. La loción cuesta $20.990.
Otro de sus productos es un gel fortificador de pestañas y cejas, creado con productos naturales -como el aloe vera, entre otros-, cuya particularidad es que cuida el párpado para aumentar el “anclaje” de la pestaña a la piel. De pasada, estimula el crecimiento de las pestañas.
Esta joven química farmacéutica cuenta que desarrolla por su cuenta la formulación de los productos; luego los envía al laboratorio Hudson para su fabricación, registrándolos en el Instituto de Salud Público (ISP) para poder comercializarlos. El último paso es su venta en peluquerías, algunas farmacias del sur de Chile, a través de Groupon y en su página web.
60% trabaja en farmacias
La historia de Javiera Osorio confirma que los miles de estudiantes de Química y Farmacia no están condenados a pasar la vida detrás de un mesón orientando la compra de remedios, pega que quizás para algunos suene algo monótona.
Según datos oficiales del portal del Mineduc, el 2016 esta carrera sumaba en total 4.516 matriculados; de ellos, 958 eran mechones. Sus sueldos no están nada mal: al 4° año de egreso, los titulados promedian ingresos brutos mensuales por $1.448.009.
“Dentro del campo laboral, 60% de los egresados trabajan en farmacias. La razón es que hay muchas en Chile y por ley siempre tiene que haber un profesional en cada local”, explica Marcela Escobar, jefa de la carrera de Química y Farmacia de la U. de Valparaíso. La académica subraya que, gracias a su formación, los titulados pueden desempeñarse en otras áreas. Por ejemplo, la medicina forense o la producción, formulación y marketing de fármacos.
Además, como tienen asignaturas de cosmética, botánica y farmacognosia (donde estudian los principios activos de las plantas), saben preparar cremas o jabones. “Nuestros alumnos han hecho hasta labiales; en definitiva, somos como maestros chasquillas”, ilustra Escobar.
Análisis de alimentos
Un ejemplo de la versatilidad de esta carrera lo entrega Marcela Zamorano: tras titularse trabajó año y medio en una farmacia, pero pronto se dio cuenta de que sus intereses iban por otro lado.
“Luego me especialicé haciendo un magíster y ahora soy académica e investigadora del departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Santiago. Como mi carrera de pregrado tiene muchas especializaciones, no es tan raro que un químico farmacéutico trabaje analizando la composición química de los alimentos”, explica.
Puedes conocer más detalles de los productos que fabrica Javiera Osorio (y comprarlos) enhttp://www.lelikelen.com/
Fuente: www.lun.com
CARTA:
Químicos farmacéuticos
Respecto del artículo “Los químicos farmacéuticos no están condenados a trabajar detrás de un mesón” (LUN, 09/03), deseo hacer la siguiente aclaración. La labor del químico farmacéutico detrás del mesón es quizás las más profesional, atingente y desinteresada de las tareas que un profesional del área de la salud pueda realizar, puesto que se brinda día a día en todo el país y de forma gratuita para el paciente. Decir que es una “condena” es por decir lo menos una falta de respeto.
Pedro Novoa Gündel
Vicepresidente Colegio Farmacéutico de Concepción