Indicaciones: Tratamiento de infecciones graves causadas por organismos susceptibles que no pueden ser tratados con otro agente antiinfeccioso efectivo. Se usa principalmente en el tratamiento de infecciones severas causadas por estafilococos, en pacientes que no responden a penicilinas o cefalosporinas, o cuando la infección es resistente a otro agente antiinfeccioso. Vancomicina se ha usado satisfactoriamente en el tratamiento de endocarditis, osteomielitis, neumonía, septicemia e infecciones en tejidos blandos, causadas por S. aureus y S. epidermidis, incluyendo los meticilinorresistentes. También este antibiótico ha sido efectivo en el tratamiento y profilaxis de infecciones en pacientes sometidos a hemodiálisis y ha mostrado eficacia vía I.V. en el tratamiento de peritonitis causadas por bacterias gram positivas. Vancomicina se usa sola o en combinación con aminoglicósidos en tratamiento de endocarditis bacteriana por S. viridans. S. bovis o endocarditis diftérica. Se ha usado vía I.V. en profilaxis de endocarditis bacteriana en pacientes alérgicos a penicilinas, y en niños con deficiencia cardíaca congénita o que vayan a ser intervenidos quirúrgicamente o sometidos a manipulación con instrumentos en el tracto gastrointestinal, biliar o genitourinario.
Posología: Para el tratamiento de infecciones de alto riesgo, con función renal normal, la dosis usual es de 500 mg cada 6 horas o 1 g cada 12 horas. Para niños pequeños y neonatos, con función renal normal, se recomienda una dosis I.V. inicial de 15 mg/kg, seguida por 10 mg/kg. Cada 12 horas (en neonatos menores de 8 días) o cada 8 horas en infantes entre 8 días y 1 año. Para niños mayores, se recomienda 40 mg/kg al día, dividido en 2 ó 3 dosis. La duración total de la terapia depende del tipo de severidad y de la respuesta del paciente. Las dosis deben ajustarse si existe un deterioro de la función renal.