Composición:Comprimidos: Cada comprimido contiene: Metoclopramida 10 mg. Gotas: Cada 10 gotas contiene: Metoclopramida 1 mg.
Acción Terapéutica: Antiemético. Prokinético.
Indicaciones: Tratamiento sintomático de la pirosis post prandial y del vaciado gástrico retardado en adultos con reflujo gastroesofágico. También es usado en el tratamiento de gastroparesia diabética. Usos: Disfagia; pirosis; gastroparesia; retardo del vaciamiento gástrico; náuseas y vómitos; regurgitación; reflujo gastroesofágico; intolerancia medicamentosa.
Propiedades:Farmacología: Metoclopramida posee múltiples acciones sobre el tracto gastrointestinal, produce un aumento del vaciado gástrico y una disminución del tiempo de tránsito a través del duodeno, yeyuno e íleon. A nivel del SNC posee acción antiemética a nivel del centro emético, propiedad potenciada por la acción de metoclopramida al disminuir la sensibilidad visceral de los nervios que transmiten los impulsos de emésis desde el tracto gastrointestinal hacia el centro emético, en el SNC. Mecanismo de acción: Metoclopramida posee propiedades como antagonista tanto colinérgico como dopaminérgico, lo que le proporciona especial utilidad para el tratamiento de los desórdenes gastrointestinales, aumentando la velocidad de vaciado gástrico, sin estimular la secreción gástrica, biliar o pancreática, relaja el esfínter pilórico y la primera porción del intestino delgado, incrementa el tono del esfínter esofágico, y minimiza los procesos eméticos. Sus propiedades antieméticas resultan de su antagonismo central y periférico de los receptores de dopamina. La dopamina produce náuseas y vómitos por estimulación de quimiorreceptores medulares, inhibiendo también el efecto estimulante a este centro producido por levodopa o apormofina. Metoclopramida además inhibe el vaciamiento gástrico causado por la apomorfina. Como las fenotiazinas que también son antagonistas dopaminérgicos, metoclopramida produce sedación y puede generar efectos extrapiramidales. Metoclopramida inhibe los efectos centrales y periféricos de apomorfina, induce la liberación de prolactina y causa un aumento de los niveles de aldosterona, lo que puede asociarse a una transitoria retención de líquidos. Metoclopramida está estructuralmente relacionada con la procainamida. Sin embargo, metoclopramida difiere de la procainamida por sus efectos cardíacos insignificante y pobre actividad anestésico local. Perfil farmacocinético: Absorción: La absorción de metoclopramida después de su administración oral va entre un 65% y un 95%. Se ha visto que la administración junto a alimentos reduce en aproximadamente un 17% la concentración plasmática de la metoclopramida. Distribución: Metoclopramida posee entre un 30% y un 40% de unión a proteínas plasmáticas, es capaz de atravesar fácilmente la barrera hematoencefálica en animales, lo cual sugiere que metoclopramida no debería tener mayores problemas para poder atravesar la placenta. Posee un volumen de distribución de 2 a 4 l/kg. Metabolismo: Metoclopramida es metabolizado principalmente por el hígado, resultando de este metabolismo varios metabolitos inactivos. Metoclopramida tiene un tiempo de vida media entre 5 a 6 horas. En pacientes con cirrosis, la biodisponibilidad de metoclopramida aumenta significativamente en comparación a pacientes con función hepática normal. Excreción: La eliminación de metoclopramida es principalmente renal, 70%-85%, mientras que sólo un 2% se elimina por las heces. Farmacocinética en poblaciones especiales: Deterioro de la función hepática: Metoclopramida presenta un mínimo metabolismo hepático. El uso de metoclopramida es seguro en pacientes con daño hepático avanzado que presentan función renal normal. Deterioro de la función renal: Metoclopramida es excretada principalmente vía renal, por lo que la dosis debe reducirse en aproximadamente un 50% en pacientes con clearance <40 ml/min.
Posología:Vía de administración: Oral: Dosis: según prescripción médica. Dosis usual adultos: Reflujo gastroesofágico: 1 comprimido hasta 4 veces al día 30 minutos antes de las comidas y antes de acostarse. Gastroparesia diabética: 1 comprimido 30 minutos antes de cada comida y antes de acostarse por 2 a 8 semanas según la respuesta de cada paciente. La dosis usual de formulaciones convencionales es de 10 mg hasta 3 veces al día. Para el alivio de sintomatología aguda, se recomienda usar metoclopramida por un máximo de 5 días. La dosis máxima diaria no debe sobrepasar los 0.5 mg/kg de peso en 24 horas. Dosis en pacientes con daño renal o hepático: Dado que metoclopramida es excretado principalmente a través del riñón, en pacientes con clearance de creatinina <40 ml/min, la terapia debe ser iniciada con la mitad de la dosis recomendada. Dependiendo de la eficacia clínica y condiciones de seguridad, la dosis puede ser aumentada o disminuida. Metoclopramida experimenta un mínimo metabolismo hepático, por simple conjugación. El uso seguro ha sido descrito en pacientes con enfermedad hepática cuya función renal era normal.
Efectos Colaterales: Las reacciones adversas reportadas son edema, urticaria, rash, galactorrea, hiperprolactinemia, constipación, diarrea, agranulocitosis, metahemoglobinemia, espasmos musculares, acatisia, movimientos involuntarios e irregulares de los músculos faciales y de las extremidades, mareos, náuseas, vómitos, fatiga, cefalea, tortícolis, crisis oculogireas, protrusión de la lengua, estridor y disnea posiblemente debido a laringoespasmo, bradicinesia, amenorrea, ginecomastia, hipotensión, bradicardia, falla cardíaca congestiva, posible bloqueo AV, hepatotoxicidad caracterizada por ictericia y pruebas de función hepática alterada (al administrar metoclopramida junto a otro fármaco con potencial hepatotóxico), signos extrapiramidales, síndrome neuroléptico maligno, parkinsonismo, somnolencia, discinesia, tremor, sedación, depresión, desórdenes de ansiedad generalizada, manía, incontinencia urinaria, disfunción sexual, falla respiratoria secundaria a reacciones diastónicas agudas.
Contraindicaciones:Metoclopramida está contraindicado en los siguientes casos: En pacientes que presentan hipersensibilidad a metoclopramida. o a cualquiera de los componentes de la formulación. Uso concomitante con medicamentos que puedan producir efectos extrapiramidales como fenotiazinas y butirofenonas. En pacientes con hemorragia, obstrucción mecánica o perforación gastrointestinal, ya que la estimulación de la motilidad gastrointestinal resulta dañina. Historial previo de discinesia tardía provocada por neurolépticos o metoclopramida. Confirmación o sospecha de la existencia feocromocitoma, ya que la metoclopramida podría precipitar una crisis de hipertensión probablemente por causa de la liberación de catecolaminas del tumor. Estas crisis pueden controlarse con fentolamina. Uso conjunto con levodopa. Pacientes epilépticos, ya que metoclopramida podría aumentar la frecuencia y severidad de las convulsiones. En niños menores de 1 año. Madres que amamantan. Evitar el uso en niños y adolescentes entre 1 año y 18 años.
Precauciones: Este producto puede provocar alteraciones motoras graves, especialmente si se usa en altas dosis y por tiempo prolongado. Durante la administración de metoclopramida se deben de evitar el uso concomitante de inhibidores de la MAO, antidepresivos tricíclicos y medicamentos simpaticomiméticos. Discinesia tardía. Con el uso de metoclopramida se pueden producir reacciones extrapiramidales, particularmente en niños y adolescentes y/o cuando se usan a dosis altas. Por este motivo, el uso en niños menores de 1 año está contraindicado y no se recomienda su uso en pacientes entre 1 a 18 años. Las reacciones extrapiramidales son un grupo de alteraciones caracterizadas por movimientos involuntarios que pueden incluir espasmos musculares (a menudo de cabeza y cuello), y uno de ellos en particular, la discinesia tardía (con movimientos incontrolables tales como muecas y tics), se considera de especial gravedad, puesto que sus síntomas suelen ser irreversibles aun descontinuado el fármaco, y no existe tratamiento conocido. El riesgo de efectos neurológicos agudos es mayor en niños, aunque la discinesia tardía se ha reportado con más frecuencia en adultos mayores y el riesgo aumenta con altas dosis y con tratamiento prolongado. Estas reacciones adversas requieren interrumpir el tratamiento y pueden precisar un tratamiento sintomático (benzodiacepinas en niños; fármacos anticolinérgicos antiparkinsonianos en adultos). La terapia con metoclopramida debe interrumpirse inmediatamente en pacientes que desarrollen signos o síntomas de discinesia tardía. En algunos pacientes, los síntomas pueden disminuir o resolverse después de suspender el tratamiento con metoclopramida. Reacciones distónicas agudas, Parkinson inducido por fármacos y otros síntomas extrapiramidales: Los síntomas extrapiramidales se manifiestan tempranamente como reacciones distónicas agudas con una frecuencia aproximada de 1 en 500 pacientes tratados con dosis usuales para adultos. Estas reacciones se observan durante las primeras 24 a 48 horas de tratamiento con metoclopramida y son más comunes en adultos menores de 30 años y pacientes pediátricos. Entre las reacciones se incluye: movimientos involuntarios faciales y de extremidades, tortícolis, crisis oculógiras, protrusión rítmica de la lengua, expresión bulbar, trismo o reacciones distónicas semejantes a tétano. Con baja frecuencia, las reacciones distónicas pueden presentar disnea y estridor, posiblemente debido a un laringoespasmo. Si se presentan estos síntomas, se puede inyectar I.M. 50 mg de hidrocloruro de difenhidramina o 1 a 2 mg de mesilato de benzotropina. Luego de los primeros 6 meses de terapia con metoclopramida, se han observado casos de parkinson inducidos por el fármaco. Pacientes con Parkinson deben ser tratados con precaución, ya que podrían exacerbarse los síntomas del parkinson. Síndrome neuroléptico maligno: La metoclopramida puede, al igual que los neurolépticos, producir un síndrome neuroléptico maligno (SNM) caracterizado por hipertermia, alteraciones extrapiramidales, inestabilidad autónoma nerviosa y aumento de CPK. Por lo tanto, se deben tomar precauciones si aparece fiebre, uno de los síntomas del SNM, y se debe suspender el tratamiento con metoclopramida si se sospecha que este cuadro podría estar produciéndose. Depresión: Se ha presentado depresión asociada al uso de metoclopramida en pacientes con y sin historia de depresión. En pacientes con historia previa de depresión, metoclopramida debe administrarse sólo si los beneficios esperados son mayores a los riesgos. Hipertensión: Metoclopramida aumenta la liberación de catecolaminas, por lo cual se debe tener precaución en pacientes con hipertensión. También hay reportes clínicos de crisis hipertensivas en pacientes que padecen feocromocitoma. Falla cardíaca congestiva y arritmia ventricular metoclopramida produce un aumento transitorio de la aldosterona plasmática, pacientes con cirrosis o falla cardíaca congestiva pueden encontrarse en riesgo de desarrollar retención de fluidos y sobrecarga de volumen, en estos casos el tratamiento debe ser interrumpido. Abstinencia de metoclopramida: Reacciones adversas principalmente involucradas con el SNS se presentan tras detener el uso de metoclopramida. Entre los síntomas característicos están somnolencia, nerviosismo y/o cefaleas. Se han comunicado casos de metahemoglobinemia que podrían estar relacionados con una deficiencia en NDHA citocromo b5 reductasa. En este caso, la metoclopramida deberá ser retirada inmediata y permanentemente, e iniciar medidas apropiadas. Se han reportado algunos casos de efectos adversos cardiovasculares severos (hipotensión, shock, síncope, bradicardia, bloqueo aurículo-ventricular y paro cardíaco) particularmente tras la administración I.V. en pacientes con factores de riesgo para patologías cardíacas. La administración I.V. en pacientes con mayor riesgo de RAM cardiovasculares debe realizarse con especial precaución (ej: pacientes de edad avanzada, con alteraciones de la conducción cardíaca, desequilibrio electrolítico no corregido, bradicardia, o aquellos en tratamiento con medicamentos que pueden prolongar el intervalo QT). En general, se debe evitar el tratamiento con metoclopramida durante más de 12 semanas, excepto en raros casos en los que se piense que el beneficio terapéutico justifica el riesgo de desarrollar discinesia tardía Se debe respetar el intervalo entre cada administración de metoclopramida, incluso en el caso de que se produzcan vómitos y pérdida de la dosis, para evitar el riesgo de una sobredosis. No se recomienda la administración de metoclopramida en pacientes que padecen epilepsia, ya que las benzamidas pueden disminuir el umbral epiléptico. Se recomienda ajustar la dosis en pacientes con insuficiencia renal o hepática. Uso en ancianos y/o pacientes debilitados: No hay evidencia clínica suficiente que muestre que los pacientes mayores de 65 años responden de forma diferente que los sujetos jóvenes. El riesgo de desarrollar Parkinson inducido por la metoclopramida es dosis-dependiente. Si se desarrolla Parkinson, metoclopramida debe ser inmediatamente interrumpida. Los pacientes geriátricos deben recibir la dosis mínima que sea efectiva. El paciente geriátrico presenta mayor riesgo de discinesia tardía. La sedación es un efecto adverso potencial asociado con el uso de metoclopramida en el anciano. El uso en pacientes con enfermedades concomitantes. Pacientes con deficiencia en la NADH-citocromo b5 reductasa: estos pacientes presentan un mayor riesgo de desarrollar metahemoglobinemia y/o sulfoemoglobinemia cuando se les administra metoclopramida. En pacientes con deficiencia de G6PD que experimenten metahemoglobinemia inducida por metoclopramida, no se recomienda el tratamiento con azul de metileno. Uso pediátrico: No han sido establecidas la efectividad y la seguridad de metoclopramida en pacientes pediátricos. El perfil de seguridad en adultos no puede extrapolarse a niños. Las reacciones extrapiramidales y distónicas son más comunes en población pediátrica que en adultos. Embarazo y lactancia: Embarazo: Categoría B. Estudios en animales con dosis 6 veces mayores a la dosis máxima recomendada en humanos, no muestran daño al feto ni alteraciones en la fertilidad. Sin embargo no se cuenta con estudios adecuados en mujeres embarazadas, por lo que el uso en esta condición debe ser sólo si es claramente necesario. Lactancia: Metoclopramida es excretada en la leche humana. Además, atraviesa la barrera hematoencefálica del recién nacido. Debido a esto, se deberá evaluar la conveniencia de administrarlo a mujeres que amamantan. Carcinogénesis, mutagénesis y deterioro de la fertilidad: Metoclopramida eleva los niveles de prolactina, esta elevación persiste durante la administración crónica. Estudios en cultivos celulares indican que aproximadamente un tercio de los cánceres de mama en humanos son producidos in vitro por prolactina, siendo un factor importante si se pretende prescribir metoclopramida a un paciente previamente diagnosticado con cáncer de mama. En estudios en rata se ha observado que metoclopramida aumenta el efecto tumorigénico de la N-nitrosodietilamina. Metoclopramida dio positivo en los test in vitro para mutagenicidad de células pulmonares de hámster chino/HGPRT seguido de ensayo de mutación y en el ensayo de aberración cromosómica en linfocitos humanos para efectos clastogénicos. Arrojó resultados negativos en los ensayos in vitro de síntesis de DNA no programado (UDS) en humano y rata, Test de Ames para mutación, y el ensayo in vivo de micronúcleos.
Interacciones Medicamentosas: Los efectos de metoclopramida en la motilidad gastrointestinal pueden afectar la absorción de otros medicamentos. Las interacciones medicamento-medicamento conocidas son: Anticolinérgicos y analgésicos narcóticos: Los efectos en la motilidad gastrointestinal son antagonizados por los fármacos anticolinérgicos y analgésicos narcóticos. Pueden presentarse efectos sedantes al administrar metoclopramida junto con alcohol, sedantes, hipnóticos, narcóticos o tranquilizantes. Inhibidores de la monoaminoxidasa: Metoclopramida produce liberación de catecolaminas en pacientes con hipertensión esencial, por lo que se debe usar con precaución. Absorción de fármacos: La absorción estomacal de algunos fármacos puede verse disminuida por metoclopramida (ejemplo: digoxina, atovaquona, cimetidina, fosfomicina, zalcitabine, posaconazol), mientras la velocidad y extensión de la absorción intestinal pueden incrementarse (ejemplo: paracetamol, tetraciclinas, levodopa, etanol, ciclosporina, tacrolimus). Insulina metoclopramida acelera el movimiento de los alimentos a los intestinos acelerando la velocidad de absorción, por lo que se necesitará ajuste de dosis o de intervalos de dosificación de insulina. Este movimiento acelerado del alimento puede ocasionar una menor absorción de glucosa alcanzándose niveles de glicemia inferiores para una dosis particular de insulina, lo que podría generar una hipoglicemia. Antidepresivos, antipsicóticos y neurolépticos: Debe evitarse el uso concomitante de metoclopramida y antidepresivos, antipsicóticos y/o neurolépticos, ya que se ha asociado a reacciones extrapiramidales como discinesia tardía o síndrome neuroléptico maligno. Al administrarlo junto con mivacurium o succinilcolina se produce una prolongación del bloqueo neuromuscular. El uso concomitante de metoclopramida con ropinirol o rotigotine, produce una disminución en la efectividad de ropinirol o rotigotine ya que disminuye el efecto dopaminérgico de estos fármacos. La administración conjunta de metoclopramida con kava o con litospermum, puede disminuir el antagonismo dopaminérgico, efecto idéntico cuando metoclopramida se administra junto a vitex. La concomitancia entre metoclopramida y bornaprine puede reducir la efectividad de metoclopramida. Metoclopramida administrado con cabergolina, puede producir una reducción en el efecto de ambas drogas. Metoclopramida es inhibidor del CYP2D6, del cual sirolimus es sustrato, por lo que se produce un incremento de la toxicidad de sirolimus.
Sobredosificación: En caso de una sobredosis, las primeras manifestaciones clínicas que se aprecian son: debilidad, somnolencia, desorientación y aparición de síntomas extrapiramidales. Fármacos anticolinérgicos, antiparkinsonianos o antihistamínicos pueden ser útiles en el control de las reacciones extrapiramidales. Estos síntomas son autolimitados y podrían desaparecer en 24 horas. También se han reportado otros signos clínicos producto de una sobredosificación de metoclopramida, estos son: ataques de ansiedad o inquietud, cefalea, vértigo, náuseas, vómitos, estreñimiento, hipotensión y xerostomía; además se han reportado convulsiones generalizadas y metahemoglobinemia en lactantes. Sobredosis no intencionales han sido reportadas en infantes y niños con el uso de soluciones orales de metoclopramida. Tratamiento general de la sobredosis: El tratamiento de la sobredosis es principalmente sintomático, estableciendo los cuidados de apoyo necesarios. La hemodiálisis y peritoneo diálisis no son un método efectivo para eliminar metoclopramida en caso de sobredosis. En neonatos que presenten metahemoglobina debido a una sobredosis de metoclopramida (1 a 4 mg/kg/día oral, I.M. o I.V. por 1 a 3 días), se les puede administrar por vía I.V. azul de metileno. Azul de metileno puede ocasionar anemia hemolítica en pacientes con deficiencia de G6PD, con un posible desenlace fatal.