Composición: Depo-Medrol Suspensión Inyectable 40 y 80 mg/1 ml. Acetato de Metilprednisolona 40 y 80 mg/1ml. Excipientes: Polietilenglicol 3350, Cloruro de Sodio, Cloruro de Miristil Gamma Picolinio, Agua Esterilizada c.s.
Indicaciones: Para administración intramuscular: Cuando no sea posible administrar terapia por vía oral, y la concentración, presentación y ruta de administración del fármaco se presten al tratamiento de la enfermedad, se indicará el uso intramuscular del Depo-Medrol, como se indica a continuación: Desórdenes endocrinos: Insuficiencia adrenocortical primaria o secundaria (hidrocortisona o cortisona es el fármaco de elección; los análogos sintéticos pueden usarse en conjunto con mineralocorticoides cuando corresponda; en la niñez, la suplementación con mineralocorticoides es de especial importancia). Insuficiencia adrenocortical aguda (hidrocortisona o cortisona es el fármaco de elección; la suplementación con mineralocorticoides puede ser necesaria, especialmente cuando se utilizan análogos sintéticos). En el preoperatorio y en caso de trauma o enfermedad grave, en pacientes con insuficiencia suprarrenal conocida o cuando la reserva adrenocortical es dudosa: Hiperplasia adrenal congénita. Tiroiditis no supurativa. Hipercalcemia asociada con cáncer. Desórdenes reumatológicos: Como terapia adjunta para administración a corto plazo (para normalizar al paciente a través de un episodio agudo o exacerbación) en: Osteoartritis post-traumática, epicondilitis, sinovitis de osteoartritis, tenosinovitis no específica aguda. Artritis reumatoide, incluyendo artritis reumatoide juvenil (en casos seleccionados pueden requerir de tratamiento de mantención con dosis bajas). Artritis psoriática. Artritis gotosa aguda. Espondilitis anquilosante. Bursitis aguda y subaguda. Enfermedades del colágeno: Durante una exacerbación o como terapia de mantención en casos seleccionados de: Lupus eritematoso sistémico. Dermatomiositis sistémica (polimiositis). Carditis reumática aguda. Enfermedades dermatológicas: Pénfigo. Dermatitis herpetiforme bulosa. Eritema multiforme severo (síndrome de Stevens Johnson). Dermatitis seborreica severa. Dermatitis exfoliativa. Micosis fungoide. Psoriasis severa. Estados alérgicos: Control de condiciones alérgicas severas ó incapacitantes intratables a las pruebas adecuadas de tratamientos convencionales en: Asma bronquial. Reacciones de hipersensibilidad a fármacos. Dermatitis de contacto. Reacciones urticarias a transfusión. Dermatitis atópica. Edema laríngeo agudo no infeccioso (epinefrina es el fármaco de primera elección). Enfermedad del suero. Rinitis alérgica estacional o perenne. Enfermedades oculares: Procesos inflamatorios y alérgicos severos agudos y crónicos que comprometan al ojo, tales como: Herpes zoster oftálmico, iritis, iridociclitis, inflamación del segmento anterior, corioretinitis, conjuntivitis alérgica, coroiditis y uveitis posterior difusa, úlceras alérgicas del borde corneal, neuritis óptica, queratitis, oftalmía simpática. Enfermedades gastrointestinales: Para ayudar al paciente a través de un período crítico de la enfermedad en: Colitis ulcerosa (tratamiento sistémico), enteritis regional (tratamiento sistémico). Enfermedades respiratorias: Tuberculosis pulmonar fulminante o diseminada cuando se usa concomitantemente con quimioterapia antituberculosa adecuada, sarcoidosis sintomática, beriliosis, síndrome de Loeffler no manejable por otros medios, neumonitis por aspiración. Desórdenes hematológicos: Anemia hemolítica adquirida (autoinmune), eritroblastopenia (anemia RBC). Trombocitopenia secundaria en adultos, anemia hipoplásica congénita (eritroide). Enfermedades neoplásicas: Para el manejo paliativo de: Leucemias y linfomas en adultos, leucemia aguda en la infancia. Estados edematosos: Para inducir diuresis o remisión de la proteinuria en el síndrome nefrótico, sin uremia, de tipo idiopático o debido a lupus eritematoso. Sistema nervioso: Exacerbaciones agudas de esclerosis múltiple. Misceláneo: Meningitis tuberculosa con bloqueo subaracnoideo o bloqueo inminente al ser usado concurrentemente con quimioterapia antituberculosa adecuada. Triquinosis con compromiso neurológico o miocárdico.
Posología:Para administración intrasinoval o en tejidos blandos: Depo-Medrol está indicado como terapia adjunta para administración a corto plazo (para ayudar al paciente en un episodio agudo o exacerbación) de: Sinovitis de osteoartritis, artritis reumatoide, bursitis aguda y subaguda, artritis gotosa aguda, epicondilitis, tenosinovitis no específica aguda, osteoartritis post-traumática. Para administración intralesional: Depo-Medrol está indicado para el uso intralesional en las siguientes condiciones: Queloides, lesiones hipertróficas, infiltradas, e inflamatorias localizadas de: Liquen plano, placas psoriásicas, lupus eritematoso discoide, necrobiosis lipoídica diabeticorum, granuloma anular, liquen simple crónico (neurodermatitis), alopecia areata. El acetato de metilprednisona también puede ser útil en caso de tumores quísticos o de una aponeurosis o tendón (ganglios). Dosificación y administración: Debido a la posibilidad de que se presenten incompatibilidades físicas, el acetato de metilprednisolona no debe diluirse ni mezclarse con otras soluciones. Administración para efecto local: La terapia con Depo-Medrol no evita la necesidad de las medidas convencionales empleadas usualmente. Aunque este método de tratamiento mejorará los síntomas, en ningún sentido es una cura y la hormona no tiene ningún efecto sobre la causa de la inflamación. Artritis reumatoide y osteoartritis: La dosis para la administración intraarticular depende del tamaño de la articulación y varía con la severidad de la condición en el paciente individual. En casos crónicos, las inyecciones se pueden repetir a intervalos que varían desde 1 a 5 o más semanas dependiendo del grado de alivio obtenido con la inyección inicial. Las dosis en la tabla siguiente se dan como guía general: Tamaño de articulación: Ejemplos: Rango de dosificación. Grande: Rodillas, tobillos y hombros: 20 a 80 mg. Medianos: Codos, muñecas: 10 a 40 mg. Pequeño: Metacarpofalangeal, interfalangeal, esternoclavicular, acromioclavicular: 4 a 10 mg. Procedimiento: Se recomienda que la anatomía de la articulación implicada sea revisada antes de intentar la inyección intra-articular. Para obtener el efecto antiinflamatorio completo es importante que la inyección se realice dentro del espacio sinovial. Empleando la misma técnica estéril que para una punción lumbar, una aguja estéril de calibre 20 a 24 (en una jeringa seca) se inserta rápidamente dentro de la cavidad sinovial. La infiltración de procaína es electiva. La aspiración de sólo algunas gotas de líquido articular prueba que la aguja ha ingresado en el espacio articular. El sitio de inyección para cada articulación es determinado por la localización donde la cavidad sinovial es más superficial y tiene menos vasos grandes y nervios. Con la aguja en el sitio, se retira la jeringa de aspiración y se sustituye por una segunda jeringa que contiene la cantidad deseada de Depo-Medrol. El émbolo se tira hacia fuera levemente para aspirar el líquido sinovial y asegurarse que la aguja aún se encuentra en el espacio sinovial. Después de la inyección, la articulación se mueve suavemente algunas veces para ayudar a que se mezcle el líquido sinovial y la suspensión. El sitio se cubre con un apósito estéril pequeño. Los sitios convenientes para la inyección intra-articular son las articulaciones de la rodilla, tobillo, muñeca, codo, hombro, falanges y de la cadera. Puesto que suelen presentarse dificultades para ingresar a la articulación de la cadera, se deben tomar precauciones para evitar cualquier vaso sanguíneo grande en el área. Las articulaciones no convenientes para la inyección son aquellas que anatómicamente son inaccesibles, como por ejemplo las articulaciones de la columna y las que, como la articulación sacroilíaca, están desprovistas de espacio sinovial. Los fracasos del tratamiento suelen ser el resultado del fracaso para ingresar al espacio articular. Se logra muy poco o ningún beneficio mediante la inyección en el tejido circundante. Si se presenta fracaso cuando existe la certeza de que las inyecciones se han realizado dentro del espacio sinovial, según lo determinado por la aspiración del líquido, la repetición de las inyecciones suele ser vana. La terapia local no altera el proceso de la enfermedad subyacente, y siempre que sea posible se deberá utilizar una terapia comprensiva incluyendo fisioterapia y corrección ortopédica. Después de la terapia corticoesteroide intraarticular, se debe tener cuidado para evitar el uso excesivo de las articulaciones en las cuales se ha obtenido un beneficio sintomático. La negligencia en esta materia puede permitir un aumento en el deterioro articular que podría superar los efectos beneficiosos del esteroide. Las articulaciones inestables no deben ser inyectadas. Las inyecciones intra-articulares repetidas pueden en algunos casos resultar en la inestabilidad de la articulación. Se sugiere realizar un seguimiento radiográfico en casos seleccionados para detectar la presencia de deterioro. Si se utiliza un anestésico local antes de la inyección de Depo-Medrol, se deberá leer cuidadosamente el folleto de información del envase del anestésico y seguirse todas las precauciones. Bursitis: El área alrededor del sitio de inyección se prepara de manera estéril y se hace un piquete en el sitio con una solución de clorhidrato de procaína al 1%. Una aguja de gauge 20 a 24 adjunta a una jeringa seca se inserta en la bursa y se aspira el líquido. La aguja se deja en el sitio y la jeringa de aspiración se cambia por una jeringa pequeña que contiene la dosis deseada. Después de la inyección, se retira la aguja y se aplica un pequeño apósito. Misceláneos: Ganglio, tendinitis, epicondilitis. En el tratamiento de condiciones tales como tendinitis o tenosinovitis, luego de la aplicación de un antiséptico conveniente en la piel cubierta se deberá tener cuidado de inyectar la suspensión en la envoltura del tendón más que en la sustancia del tendón. El tendón se puede palpar fácilmente cuando se coloca sobre una camilla. Cuando se tratan condiciones tales como epicondilitis, el área de mayor sensibilidad se debe contornear cuidadosamente e infiltrarse la suspensión en dicha área. Para el ganglio de las envolturas del tendón, la suspensión se inyecta directamente en el quiste. En muchos casos, una sola inyección causa una disminución marcada en el tamaño del tumor quístico y podría desaparecer el efecto. Obviamente se deberían cumplir las precauciones estériles usuales con cada inyección. La dosis en el tratamiento de las diferentes condiciones de las estructuras tendinosas o bursales indicadas previamente, varía con la condición que es tratada y rangos desde 4 a 30 mg. En condiciones recurrentes o crónicas, podría ser necesario repetir las inyecciones. Inyecciones para efecto local en condiciones dermatológicas: Después de la limpieza con un antiséptico apropiado como alcohol al 70%, se inyectan 20 a 60 mg de la suspensión en la lesión. Puede ser necesario distribuir las dosis variando desde 20 a 40 mg mediante inyecciones locales repetidas en el caso de lesiones grandes. Se debe tener el cuidado de evitar la inyección de suficiente material como para causar blanqueo, desde que esto puede ser seguido por pequeñas escaras. Usualmente se usan de 1 a 4 inyecciones, los intervalos entre las inyecciones que varían con el tipo de lesión que es tratada y la duración de la mejoría producida por la inyección inicial. Administración para efecto sistémico: La dosificación IM variará con la condición a tratar. Cuando se emplea como sustituto temporal para la terapia oral, 1 sola inyección durante cada período de 24 horas de 1 dosis de la suspensión igual a la dosis oral diaria total de los comprimidos de Medrol (metilprednisolona) suele ser suficiente. Cuando se desea un efecto prolongado, la dosis semanal se puede calcular multiplicando la dosis oral diaria por 7 y darla como 1 sola inyección IM. La dosificación se debe individualizar de acuerdo a la severidad de la enfermedad y la respuesta del paciente. Para infantes y niños: la dosificación recomendada tendrá que ser reducida, pero la dosificación debería manejarse por la severidad de la condición más que por la adherencia estricta a la proporción indicada por edad o peso corporal. La terapia hormonal es adjunta a, y no un reemplazo de, la terapia convencional. La dosificación debe ser disminuida o discontinuada gradualmente cuando el fármaco se ha administrado por más que algunos días. La severidad, el pronóstico y la duración prevista de la enfermedad y la reacción del paciente a la medicación son factores primarios en la determinación de la dosificación. Si se ocurre un período de remisión espontánea en condiciones crónicas, el tratamiento debe ser discontinuado. Los estudios rutinarios del laboratorio, tales como análisis de orina, azúcar sanguínea post-prandial de 2 horas, determinación de la presión sanguínea y del peso corporal, y una radiografía de tórax deberán realizarse a intervalos regulares durante el tratamiento prolongado. Las radiografías del tracto gastrointestinal alto son deseables en pacientes con una historia de úlcera o dispepsia significativa. En pacientes con el síndrome adrenogenital, podría ser adecuado el uso de 1 inyección IM única de 40 mg cada 2 semanas. Para el mantenimiento de pacientes con artritis reumatoide, la dosis IM semanal variará desde 40 a 120 mg. La dosificación usual para los pacientes con lesiones dermatológicas beneficiadas con la terapia con corticoides sistémicos es de 40 a 120 mg de acetato de metilprednisolona administrados intramuscularmente a intervalos semanales de 1 a 4 semanas. En dermatitis severa aguda debido a hiedra venenosa, se puede presentar alivio dentro de 8 a 12 horas después de la administración IM de 1 dosis única de 80 a 120 mg. En dermatitis de contacto crónico podrían ser necesarias inyecciones repetidas a intervalos de 5 a 10 días. En dermatitis seborreica, 1 dosis semanal de 80 mg puede ser adecuada para controlar la condición. Después de la administración IM de 80 a 120 mg a pacientes asmáticos, el alivio puede presentarse dentro de 6 a 48 horas y persistir durante varios días a 2 semanas. Similarmente, en pacientes con rinitis alérgica (fiebre del heno) 1 dosis I.M. de 80 a 120 mg puede resultar en el alivio de los síntomas tipo resfrío dentro de 6 horas, persistiendo por varios días a 3 semanas. Si los signos de estrés están asociados con la condición que es tratada, se debería aumentar la dosificación de la suspensión. Si se requiere un efecto hormonal rápido de intensidad máxima, está indicada la administración IV de succinato sódico de metilprednisolona altamente soluble. Esclerosis múltiple: En el tratamiento de exacerbaciones agudas de esclerosis múltiple, dosis diarias de 200 mg de prednisolona por 1 semana seguidos por 80 mg día por medio durante 1 mes ha demostrado ser eficaz (4 mg de metilprednisolona son equivalentes a 5 mg de prednisolona).
Efectos Colaterales:Las siguientes reacciones adversas se han reportado con las siguientes rutas de administración contraindicadas:Intratecal/epidural: Aracnoiditis, trastornos de la función gastrointestinal/disfunción de vejiga, dolor de cabeza, meningitis, paraparesia/paraplejia, convulsiones, trastornos sensoriales. La frecuencia de estas reacciones adversas no se conoce. Infecciones e infestaciones: Infección, infección oportunista, infección en la zona de aplicación, peritonitis. Trastornos del sistema inmunitario: Hipersensibilidad al fármaco, reacción anafiláctica. Trastornos endocrinos: Cushingoide, hipopituitarismo, síndrome de desintoxicación por esteroides. Trastornos metabólicos y nutricionales: Disminución de la tolerancia a la glucosa, alcalosis hipokalémica, dislipidemia, aumento en los requerimientos de insulina (o agentes hipoglicémicos orales en diabéticos), retención de sodio, retención de líquidos, aumento del apetito (que puede resultar en un aumento de peso), lipomatosis. Trastornos psiquiátricos: Trastorno afectivo (que incluye labilidad, humor depresivo, humor eufórico, dependencia psicológica, ideación suicida), trastorno psicótico (que incluye [agravación de] manía, delirio, alucinación, esquizofrenia), estado de confusión, trastorno mental, ansiedad, cambios de personalidad, cambios de humor, comportamiento anormal, insomnio. Trastornos del sistema nervioso: Aumento en la presión intracraneal (con papiledema [hipertensión intracraneal benigna]), convulsiones, amnesia, trastornos cognitivos, mareos, dolor de cabeza, lipomatosis epidural. Trastornos oculares: Exoftalmos, cataratas, glaucoma, instancias infrecuentes de ceguera asociada a terapia intralesional en la zona de la cara y la cabeza, coriorretinopatía serosa central. Trastornos auditivos y del laberinto: Vértigo. Trastornos cardíacos: Insuficiencia cardíaca congestiva (en pacientes susceptibles). Trastornos vasculares: Hipertensión, hipotensión. Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos: Hipo. Trastornos gastrointestinales: Hemorragia gástrica, perforación intestinal, ulcera péptica (con posible perforación por úlcera péptica y hemorragia por úlcera péptica), pancreatitis, esofagitis ulcerativa, esofagitis, dolor abdominal, distensión abdominal, diarrea, dispepsia, náuseas. Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo: Angioedema, equimosis, petequias, atrofia de la piel, estrías. Hiperpigmentación de la piel, hipopigmentación de la piel, hirsutismo, erupciones, eritema, prurito, urticaria, acné, hiperhidrosis. Trastornos reumáticos y del tejido conectivo: Osteonecrosis, fractura patológica, retraso en el crecimiento (en niños), atrofia muscular, miopatía, osteoporosis, artropatía neuropática, artralgia, mialgia, debilidad muscular. Trastornos en el sistema reproductivo y los senos: Menstruación irregular. Trastornos generales y trastornos en la zona de aplicación: Problemas de cicatrización, edema periférico, reacción en el lugar de la aplicación, absceso estéril, fatiga, malestar, irritabilidad. Investigaciones: Aumento de la aminotransferasa de alanina, aumento de la aminotransferasa de aspartato, aumento de la fosfatasa alcalina en sangre. Aumento de la presión intraocular, disminución en la tolerancia a los carbohidratos, disminución del potasio en sangre, aumento del calcio en la orina, supresión de las reacciones a pruebas de piel, aumento en la urea en sangre, balance de nitrógeno negativo (debido al catabolismo de proteínas). Lesión, envenenamiento y complicaciones durante el procedimiento: Ruptura del tendón (en especial, el tendón de Aquiles), fractura por compresión vertebral.
Contraindicaciones:Se contraindica el acetato de metilprednisolona: En pacientes con infecciones fúngicas sistémicas. En pacientes con hipersensibilidad conocida a la metilprednisolona o a cualquier componente de la formulación. Para uso en la administración por ruta intratecal. Para uso en la administración por ruta epidural. Para uso en la administración por ruta IV. Se contraindica la administración de vacunas con virus vivos o vacunas con virus vivos atenuados en pacientes que reciben dosis de corticosteroides inmunosupresoras.
Advertencias: Este producto no es adecuado para ser usado en dosis múltiples. A continuación de la administración de la dosis deseada, se deberán descartar toda suspensión remanente. Mientras que los cristales de los esteroides adrenales suprimen las reacciones inflamatorias en la dermis, su presencia puede ocasionar desintegración de los elementos celulares y cambios físico-químicos en la sustancia base del tejido conectivo. Los cambios dérmicos y/o subdérmicos resultantes que se presentan infrecuentemente, pueden formar depresiones en la piel en el sitio de inyección. La extensión en la cual ocurre esta reacción variará con la cantidad de esteroide adrenal inyectado. La regeneración suele ser completa dentro de unos pocos meses o después que se han absorbido todos los cristales del esteroide adrenal. Con el objeto de minimizar la atrofia dérmica o subdérmica, se deberá tener cuidado de no exceder las dosis recomendadas en las inyecciones. Cada vez que sea posible se deberían realizar múltiples inyecciones pequeñas dentro de la zona de la lesión. La técnica de la inyección intrasinovial e IM debería incluir precauciones contra la inyección o filtración dentro de la dermis. Se debería evitar la inyección dentro del músculo deltoide debido a una alta incidencia de atrofia subcutánea. El acetato de metilprednisolona no debe administrarse por ninguna otra vía además de las enumeradas anteriormente. Es importante que, durante la administración del acetato de metilprednisolona, se emplee la técnica adecuada y se ponga cuidado en asegurar la colocación correcta del fármaco. La administración por vías que no sean las indicadas se ha asociado a informes de reacciones médicas graves, entre ellas: aracnoiditis, meningitis, paraparesia/paraplejia, trastornos sensoriales, disfunciones intestinales/de la vejiga, ataques, impedimentos visuales como la ceguera, inflamación ocular y periocular, y residuos o esfacelos en la zona de aplicación. La administración por las vías intratecal/epidural se ha asociado a informes de reacciones médicas graves. Se deben tomar medidas apropiadas para evitar inyección intravascular. Advertencias y precauciones generales:Las siguientes precauciones adicionales se aplican a los corticosteroides parenterales: La inyección intrasinovial de un corticoide puede producir efectos sistémicos así como también locales. Es necesario el examen apropiado de cualquier líquido articular presente para excluir un proceso séptico. Un aumento marcado en el dolor acompañado por la hinchazón local, restricción adicional del movimiento articular, fiebre, y malestar son sugerentes de artritis séptica. Si esta complicación ocurre y el diagnóstico de sepsis se confirma, se deberá instituir la terapia antimicrobiana apropiada. Se debe evitar la inyección local de un esteroide en una articulación previamente infectada. Los corticosteroides no se deben inyectar en articulaciones inestables. La técnica estéril es necesaria para prevenir infecciones y contaminación. Se debe considerar la tasa más lenta de absorción para la administración intramuscular. Efectos inmunosupresores/aumento de la susceptibilidad a infecciones: Los corticoides pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones, enmascarar algunos signos de infección y pueden aparecer nuevas infecciones durante su uso. Podría presentarse una menor resistencia e incapacidad de localizar la infección cuando se usan corticoides. Las infecciones con cualquier patógeno incluyendo infecciones virales, bacterianas, micóticas, protozoarias o helmínticas, en cualquier sitio del cuerpo, podrían estar asociadas con el uso de corticosteroides solos o en combinación con otros agentes inmunosupresores que afecten la inmunidad celular, inmunidad humoral o la función de los neutrófilos. 2 Estas infecciones pueden ser leves, pero también graves y en ocasiones fatales. Con el incremento en las dosis de corticoides, aumenta la tasa de ocurrencia de complicaciones infecciosas.3 Las personas bajo efectos de medicamentos que suprimen el sistema inmunitario tienen más susceptibilidad a infecciones que los individuos saludables. La varicela y el sarampión, por ejemplo, pueden tener un desarrollo más grave e incluso fatal en niños no inmunes o en adultos bajo tratamiento con corticosteroides. No se debe utilizar la administración intrasinovial, intrabursal o intratendinosa para efectos locales en presencia de una infección aguda. El rol de corticosteroides en el choque séptico ha sido polémico, ya que hay estudios anteriores que informan ambos efectos: beneficiosos y perjudiciales. Recientemente, se ha sugerido que los corticosteroides suplementarios son beneficiosos para pacientes con choque séptico establecido que exhiben insuficiencia adrenal. Sin embargo, no se recomienda el uso rutinario en choque séptico. Una revisión sistemática de una alta dosis de corticosteroides en un tratamiento corto no respalda su uso. Sin embargo, los metanálisis y una revisión sugieren que tratamientos más largos (5-11 días) de bajas dosis de corticosteroides pueden reducir la mortalidad. La administración de vacunas vivas o vivas atenuadas está contraindicada en pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticoides. Se podrían administrar vacunas muertas o inactivadas a los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticoides; sin embargo, es posible que se reduzca la respuesta a tales vacunas. Los procedimientos de inmunización mencionados podrían efectuarse en pacientes que reciben dosis no inmunosupresoras de corticoides. El uso de Depo-Medrol en tuberculosis activa debería ser restringido a los casos de tuberculosis fulminante o diseminada en los cuales el corticosteroide se use para el manejo de la enfermedad en conjunto con el régimen antituberculoso adecuado. Si se indican corticoides en pacientes con tuberculosis latente o reactividad a tuberculina, es necesario el monitoreo cercano ya que podría presentarse una reactivación de la enfermedad. Durante la terapia prolongada con corticoides, estos pacientes deberían recibir quimioprofilaxis. Se ha reportado la ocurrencia del sarcoma de Kaposi en pacientes que recibían terapia con corticoides. La discontinuación de los corticosteroides puede resultar en remisión clínica. Efectos del sistema inmunitario: Pueden ocurrir reacciones alérgicas. Debido a que han ocurrido pocas instancias de reacciones en la piel y de reacciones anafilácticas/anafilactoideas en pacientes que reciben terapia con corticosteroides, se deben tomar las medidas de precaución necesarias antes de la administración, especialmente cuando el paciente tiene antecedentes de alergia a algún medicamento. Efectos endocrinos: En pacientes bajo tratamiento con corticosteroides sometidos a cualquier estrés inusual, está indicado un aumento de la dosificación de corticoides de acción rápida antes, durante y después de la situación estresante. Las dosis farmacológicas de corticosteroides administradas durante periodos prolongados pueden resultar en la supresión del eje hipotalámico- hipofisario-adrenal (HPA, por sus siglas en inglés), también denominada insuficiencia adrenal secundaria. El grado y la duración de la insuficiencia adrenal producida varían según el paciente y depende de la dosis, frecuencia, tiempo de administración y duración de la terapia con glucocorticoides. Este efecto puede minimizarse con el uso de terapia a días alternos. Además, puede ocurrir una insuficiencia adrenal aguda que desenlace en un resultado fatal si se detiene la administración de corticosteroides de manera abrupta. Por lo tanto, la insuficiencia adrenocortical secundaria inducida por el fármaco puede minimizarse mediante la reducción gradual de la dosificación. Este tipo de insuficiencia relativa puede persistir por meses después de la discontinuación de la terapia; por lo tanto, en cualquier situación de estrés que ocurre durante ese período, se deberá reinstituir la terapia hormonal. Puesto que la secreción de mineralocorticoides puede estar deteriorada, se deberá administrar concurrentemente sal y/o un mineralocorticoide. También puede ocurrir un "síndrome de desintoxicación", aparentemente no relacionado con insuficiencia adrenocortical, después de una interrupción abrupta de glucocorticoides. Este síndrome incluye síntomas como: anorexia, náuseas, vómitos, letargo, cefalea, fiebre, dolor articular, descamación, mialgia, pérdida de peso e hipotensión. Estos efectos se deben principalmente al cambio abrupto de la concentración de glucocorticoides y, en menor medida, a los bajos niveles de corticosteroides. Debido a que los glucocorticoides pueden producir o agravar el síndrome de Cushing, se deben evitar los glucocorticoides en pacientes con esta enfermedad. En pacientes con hipotiroidismo existe un efecto realzado de los corticoides. Metabolismo y nutrición: Los corticosteroides, incluida la metilprednisolona, pueden aumentar la glucosa en la sangre, empeorar una diabetes preexistente y predisponer a las personas que reciben terapia con corticosteroides a una diabetes mellitus. Efectos psiquiátricos: Pueden aparecer trastornos psíquicos cuando se utilizan corticoides, variando desde euforia, insomnio, cambios del ánimo, cambios de la personalidad, y depresión severa a francas manifestaciones psicóticas. Además, la inestabilidad emocional existente o las tendencias psicóticas pueden ser agravadas por los corticoides. Pueden ocurrir reacciones psiquiátricas adversas potencialmente agudas con esteroides sistémicos. Los síntomas generalmente emergen después de algunos días o semanas de comenzar el tratamiento. La mayoría de las reacciones se revierten, ya sea después de la reducción de la dosis o de la desintoxicación, aunque puede ser necesario un tratamiento específico. Se informaron efectos psicológicos después de la desintoxicación de corticoides; se desconoce la frecuencia. Se debe alentar a los pacientes/responsables a que busquen atención médica si se desarrollan síntomas psicológicos en el paciente, especialmente si se sospecha de estado depresivo o ideación suicida. Los pacientes/responsables deben estar alertas por si suceden posibles trastornos psiquiátricos que pueden ocurrir durante o inmediatamente después de la disminución o anulación de la dosis de esteroides sistémicos. Efectos del sistema nervioso: Los corticosteroides se deben usar con extrema precaución en pacientes con trastornos convulsivos. Los corticosteroides deben usarse con precaución en pacientes con miastenia gravis (consulte también la información acerca de miopatía en la sección Efectos reumáticos a continuación). Aunque los estudios clínicos controlados han demostrado que los corticosteroides son eficaces para apresurar la resolución de exacerbaciones agudas de esclerosis múltiple, no han demostrado que los corticosteroides afecten el resultado último o la historia natural de la enfermedad. Los estudios demuestran que se requieren dosis relativamente altas de corticosteroides para lograr un efecto significativo. Ha habido reportes de lipomatosis en pacientes tomando corticosteroides, típicamente con el uso por tiempo prolongado de dosis elevadas. Efectos oftálmicos: El uso prolongado de corticoides puede producir cataratas subcapsulares posteriores, y cataratas nucleares, (especialmente en niños), exoftalmos, o presión intraocular aumentada, que puede resultar en glaucoma con posibles daños a los nervios ópticos y fomentar el establecimiento de infecciones oculares secundarias por hongos o virus. Los corticoides se deberían utilizar cautelosamente en pacientes con herpes simple ocular por peligro de perforación corneal. La terapia con corticoesteroides ha sido asociada con corioretinopatía serosa central, que puede provocar desprendimiento retinal. Efectos cardíacos: Los efectos adversos de los glucocorticoides en el sistema cardiovascular, como la dislipidemia y la hipertensión, pueden predisponer a los pacientes tratados con factores de riesgo cardiovascular existentes a efectos cardiovasculares adicionales, si se usan dosis altas en tratamientos prolongados. Por consiguiente, los corticosteroides se deben emplear juiciosamente en dichos pacientes y se debe prestar especial atención a las modificaciones de riesgo y al monitoreo cardíaco adicional, si fuese necesario. Los corticosteroides sistémicos deben usarse con precaución y sólo si es estrictamente necesario en casos de insuficiencia cardíaca congestiva. Efectos vasculares: Los corticosteroides se deben usar con extrema precaución en pacientes que padezcan hipertensión. Efectos gastrointestinales: No hay un acuerdo universal acerca de si los corticosteroides per se son responsables de úlceras pépticas encontradas durante la terapia; sin embargo, la terapia con glucocorticoides puede enmascarar los síntomas de úlcera péptica, por lo que puede ocurrir una perforación o hemorragia sin dolor significativo. En combinación con AINEs, el riesgo de desarrollar úlceras gastrointestinales se eleva. Los corticoesteroides se deben utilizar con precaución en colitis ulcerativa no específica, si hay una probabilidad inminente de perforación, absceso o de otra infección piógena. También se deberá tener precaución en diverticulitis, anastomosis intestinales primarias, úlcera péptica activa o latente, e hipertensión. Efectos hepáticos y biliares: Altas dosis de corticosteroides pueden producir pancreatitis aguda. Efectos reumáticos: Se ha informado una miopatía aguda por uso de altas dosis de corticosteroides, que ocurre generalmente en pacientes con trastornos de transmisión neuromuscular (por ej., miastenia gravis) o en pacientes que reciben terapia concomitante con anticolinérgicos, entre ellos, medicamentos de bloqueo neuromuscular (por ej., pancuronio). Esta miopatía aguda es generalizada, puede afectar los músculos oculares y respiratorios y puede resultar en cuadriparesia. Pueden ocurrir elevaciones de la creatinkinasa. La mejora o recuperación clínica después de suspender los corticosteroides puede requerir desde semanas a años. La osteoporosis es común, pero con poca frecuencia se reconocen reacciones adversas relacionadas con el uso de altas dosis de glucocorticoides en plazos largos. Trastornos renales y urinarios: Los corticosteroides se deben usar con extrema precaución en pacientes con insuficiencia renal. Investigaciones: Las dosis promedio o grandes de cortisona o hidrocortisona pueden causar elevación de la presión sanguínea, retención de sal y agua y excreción aumentada de potasio. Estos efectos ocurren con menor probabilidad con los derivados sintéticos excepto cuando son usados en dosis grandes. Podría ser necesario restricción de la sal en la dieta y suplementación de potasio. Todos los corticoides aumentan la excreción del calcio. Otras advertencias y precauciones generales: Se recomienda precaución en el tratamiento prolongado con corticosteroides en pacientes mayores, debido a un potencial riesgo aumentado de osteoporosis, así como un riesgo aumentado de retención de líquidos con posible hipertensión como resultado. Puesto que las complicaciones del tratamiento con glucocorticoides dependen del tamaño de la dosis y la duración del tratamiento, se deberá tomar una decisión de riesgo/beneficio en cada caso individual en cuanto a la dosis y a la duración del tratamiento y si se debe usar terapia diaria o intermitente. Las aspirinas y los agentes antiinflamatorios no esteroideos se deben usar con precaución en combinación con corticosteroides. Crisis de feocromocitoma, potencialmente mortales, han sido informadas siguiendo una administración sistémica de corticoesteroides. Los corticoesteroides sólo deberán ser administrados en pacientes con feocromocitoma sospechado o identificado luego de una adecuada evaluación del riesgo/beneficio. Uso en niños: Se debe observar cuidadosamente el crecimiento y el desarrollo de infantes y niños que reciben terapia con corticosteroides prolongada. Es posible que se anule el crecimiento en niños que reciben terapias prolongadas con dosis diarias divididas de glucocorticoides. Se debe restringir el uso de ese régimen a las indicaciones más urgentes. Los bebés y niños que reciben una terapia prolongada con corticosteroides se encuentran en riesgo especial de aumento de presión intracraneal. Altas dosis de corticosteroides pueden producir pancreatitis en niños.
Precauciones:Fertilidad, embarazo y lactancia: Fertilidad: No existen evidencias que demuestren que los corticosteroides deterioren la fertilidad. Embarazo: Algunos estudios en animales han demostrado que, cuando se administran a la madre corticosteroides en dosis elevadas, pueden causar malformaciones fetales. No se han realizado estudios reproductivos adecuados con corticosteroides en humanos. Por tanto, el uso de este medicamento en mujeres embarazadas, en etapa de lactancia, o en edad fértil requiere la evaluación cuidadosa de los beneficios del medicamento contra los posibles riesgos, tanto para la madre como para el embrión o feto. Debido a la ausencia de evidencia adecuada de seguridad durante el embarazo, este fármaco debe utilizarse en mujeres embarazadas únicamente en caso de clara necesidad. Los corticosteroides cruzan fácilmente la placenta. Un estudio retrospectivo descubrió una mayor incidencia de nacimientos de bebés con bajo peso cuyas madres recibían corticosteroides. Los bebes nacidos de mujeres que han recibido dosis sustanciales de corticosteroides durante el embarazo deben observarse y evaluarse cuidadosamente en busca de signos de insuficiencia renal. Aunque la insuficiencia adrenal neonatal parece ser poco común en los bebés expuestos a corticosteroides en el útero, aquellos expuestos a considerables dosis de corticosteroides deben ser observados y evaluados atentamente para detectar si hay signos de insuficiencia adrenal. Se han observado cataratas en bebés cuyas madres fueron tratadas con corticosteroides a largo plazo durante el embarazo. Los corticosteroides no tienen efectos conocidos en el parto. Lactancia: Los corticosteroides se excretan en la leche materna. Los corticosteroides distribuidos en la leche materna pueden suprimir el crecimiento e interferir con la producción de glucocorticoides endógenos en los lactantes. Dado que no se han realizado estudios reproductivos en humanos con glucocorticoides, estos medicamentos se deberían administrar a las madres en periodo de lactancia solamente si los beneficios de la terapia superan los riesgos potenciales para el bebé. No se han realizado estudios reproductivos adecuados con corticosteroides en humanos. El uso de este medicamento en mujeres embarazadas, en etapa de lactancia, o en edad fértil requiere la evaluación de los beneficios del medicamento contra los posibles riesgos, tanto para la madre como para el embrión o feto.
Interacciones Medicamentosas: La metilprednisolona es un sustrato de la enzima del citocromo P450 (CYP) y se metaboliza principalmente por la enzima CYP3A. La CYP3A4 es la enzima dominante de la subfamilia CYP más abundante en el hígado de los humanos adultos. Cataliza 6ß-hidroxilación de esteroides, la fase l esencial en el paso metabólico para ambos endógenos y corticoesteroides sintéticos. Muchos otros compuestos también son sustratos de CYP3A4, algunos de los cuales (así como otros medicamentos) se ha demostrado que alteran el metabolismo de glucocorticoides por la inducción (sobrerregulación) o la inhibición de la enzima CYP3A4. Inhibidores de CYP3A4: los medicamentos que inhiben la actividad de CYP3A4 generalmente disminuyen la depuración hepática y aumentan la concentración plasmática de los medicamentos sustrato de CYP3A4, como por ejemplo la metilprednisolona. En presencia de un inhibidor de CYP3A4, podría requerirse la titulación de la dosis de metilprednisolona para evitar toxicidad por esteroides. Inductores de CYP3A4: Los medicamentos que inducen la actividad de CYP3A4 generalmente aumentan la depuración hepática, lo que produce la disminución de la concentración plasmática de los medicamentos que son sustratos de CYP3A4. La coadministración puede requerir aumento en la dosis de metilprednisolona para lograr el resultado deseado. Sustratos de CYP3A4: En presencia de otro sustrato de CYP3A4, la depuración hepática de metilprednisolona podría inhibirse o inducirse, lo que hace necesarios ajustes correspondientes de la dosis. Es posible que las reacciones adversas asociadas con la utilización del medicamento por separado, ocurran con mayor probabilidad con la coadministración. Efectos no Mediados por CYP3A4: Otras interacciones y efectos que pueden ocurrir con metilprednisolona se describen en la Tabla 1 a continuación. Tabla 1. Interacciones/efectos medicamentosos o con otras sustancias importantes con metilprednisolona: Clase o tipo de medicamento: Medicamento o sustancia: Interacción o efecto. Antibacteriano: Isoniazina: Inhibidor CYP3A4. Además, hay un efecto potencial de la metilprednisolona en el índice de acetilación y en la depuración de isoniazida. Antibiótico, antituberculoso: Rifampicina: Inductor al CYP3A4. Anticoagulantes (orales): Los efectos de la metilprednisolona en anticoagulantes orales son variables. Hay informes de efectos mejorados y disminuidos de anticoagulantes cuando se usan en combinación con corticosteroides. Por lo tanto, se deben controlar los índices de coagulación para mantener los efectos anticoagulantes deseados. Anticonvulsivos: Carbamazepina: Inductor (y sustrato) de CYP3A4. Anticonvulsivos: Fenobarbital; fenitoína: Inductor de CYP3A4. Anticolinérgicos: Bloqueadores neuromusculares: Los corticosteroides pueden influir en el efecto de los anticolinérgicos: 1) Se ha informado una miopatía aguda con el uso concomitante de altas dosis de corticosteroides y anticolinérgicos, tales como los medicamentos de bloqueo neuromuscular. 2) Se ha informado un antagonismo de los efectos de bloqueo neuromuscular del pancuronio y el vecuronio en pacientes que toman corticosteroides. Se puede esperar que esta interacción se produzca con todos los bloqueadores neuromusculares competitivos. Anticolinesterasas: Los esteroides pueden reducir los efectos de anticolinesterasas en mistenia gravis. Antidiabéticos: Dado que los corticosteroides pueden aumentar las concentraciones de glucosa en la sangre, se puede requerir ajustes de dosis de los agentes antidiabéticos. Antiemético: Aprepitant; fosaprepitant: Inhibidores (y sustratos) de CYP3A4. Antifúngico: Itraconazol; ketoconazol: Inhibidor (y sustrato) de CYP3A4. Antivirales: Proteasa del VIH inhibidores: Inhibidor (y sustrato) de CYP3A4: 1. Los inhibidores de la proteasa, tales como el indinavir y el ritonavir, pueden aumentar las concentraciones plasmáticas de los corticosteroides. 2. Los corticosteroides pueden inducir el metabolismo de los inhibidores de la proteasa VIH dando como resultado concentraciones reducidas en plasma. Inhibidor de la aromatasa: Aminoglutetimida: La supresión adrenal inducida por la aminoglutetimida puede dificultar los cambios endocrinos causados por el tratamiento prolongado con glucocorticoides. Bloqueador de los canales de calcio: Diltiazem: inhibidor (y sustrato) de CYP3A4. Anticonceptivos (orales): Etinilestradiol/ noretindrona: inhibidor (y sustrato) de CYP3A4. Jugo de pomelo: Inhibidor CYP3A4. Inmunosupresor: Ciclosporina: Inhibidor (y sustrato) de CYP3A4: 1) La inhibición mutua del metabolismo ocurre con el uso simultáneo de ciclosporina y metilprednisolona, que puede aumentar las concentraciones plasmáticas de cada uno de los medicamentos o de ambos. Por lo tanto, es posible que los eventos adversos asociados con el uso de cualquiera de los medicamentos solos pueda ocurrir más probablemente en la coadministración. 2) Se han informado convulsiones con el uso simultáneo de metilprednisolona y ciclosporina. Inmunosupresor: Ciclofosfamida; Tacrolimus: Sustrato de CYP3A4. Macrólido antibacteriano: Claritromicina; eritromicina: Inhibidor (y sustrato) de CYP3A4. Macrólido antibacteriano: Troleandomicina: Inhibidor de CYP3A4. Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): Aspirina a dosis elevadas (ácido acetilsalicílico): 1) Puede existir una mayor incidencia de hemorragia y úlceración gastrointestinal cuando los corticosteroides se suministran con AINE. 2) La metilprednisolona puede aumentar la depuración de la aspirina en altas dosis. Esta disminución en los niveles séricos de salicilato puede conducir a un mayor riesgo de toxicidad por salicilato cuando se retira la metilprednisolona. Agentes reductores del potasio: Cuando los corticosteroides se administran en concomitancia con agentes reductores del potasio (es decir, diuréticos), se debe observar a los pacientes atentamente para detectar si hay desarrollo de hipokalemia. También existe un alto riesgo de hipokalemia con el uso simultáneo de corticosteroides con anfotericina B, xantenos o agonistas beta2.
Sobredosificación: No existe un síndrome clínico de sobredosis aguda con acetato de metilprednisolona. Los informes de toxicidad aguda y/o muerte después de la sobredosis de corticosteroides son infrecuentes. En caso de sobredosis, no hay ningún antídoto disponible; el tratamiento es de apoyo y sintomático. La metilprednisolona es dializable. Riesgo de toxicidad: En base a estudios convencionales de seguridad farmacológica, de toxicidad de dosis repetidas, no se identificaron riesgos imprevistos. Las toxicidades observadas en los estudios con dosis repetidas son las que se esperaba que ocurrieran con la exposición continuada a esteroides adrenocorticoides exógenos. Potencial carcinogénico: No se han llevado a cabo estudios a largo plazo en animales para evaluar el potencial carcinogénico, dado que el medicamento solamente está indicado para tratamientos a corto plazo, y no hubo señales que indicaran actividad carcinogénica. No hay evidencia de que los corticosteroides sean carcinogénicos. Potencial mutagénico: No hubo evidencias de potencial de mutaciones genéticas y cromosómicas cuando se realizaron pruebas en un ensayo de daño genético en células bacterianas y de mamíferos. Toxicidad reproductiva: No se han realizado estudios de fertilidad reproductiva en animales para evaluar específicamente el potencial de deterioro de fertilidad. No hay evidencia de que los corticoesteroides provoquen deterioro de la fertilidad. Los corticoesteroides han demostrado ser teratogénicos en muchas especies cuando es administrado en dosis equivalentes a la humana. En estudios de reproducción animal, los glucocorticoides como la metilprednisolona han demostrado ser inductores de malformaciones (labio leporino, malformaciones esqueléticas) y retardo de crecimiento intra uterino.